La semana pasada, durante una reunión con un Director de Recursos Humanos de una importante empresa de Valencia, le pregunté si en algún proceso de desarrollo, habían utilizado el análisis 360º como herramienta de identificación de oportunidades de mejora, me contestó que no. El argumento que me dio fue que su empresa no estaba preparada para ello. ¿Por qué?, pregunté. Porque no podemos hacer que los jefes sean valorados por sus colaboradores, ¡podrían saltar chispas!, me contestó.
Aunque pueda parecer extraño, esta contestación es muy frecuente. En muchas empresas sigue instalada una cultura de liderazgo que está basada exclusivamente en la jerarquía y la autoridad. Y aunque está claro, desde hace mucho tiempo, que el liderazgo democrático es mucho más efectivo que el autoritario (ver video) y que las personas son el factor que determina el éxito de las empresas, el cambio cuesta de llevar a la práctica.
Precisamente, si está bien planteada, el implantar un proceso de evaluación 360º puede contribuir enormemente a este cambio. Pues exige necesariamente un cambio de perspectiva de la persona que se va a exponer a este ejercicio. Se trata de incorporar como algo natural el elogio y la crítica.
El análisis 360º se realiza para conocer las coincidencias y diferencias entre nuestra propia valoración competencial y la que nos hacen otros desde sus respectivas posiciones. Estos otros son, en el ámbito interno, el propio jefe, algunos colegas y los colaboradores; en el ámbito externo pueden ser algunos proveedores y algunos clientes.
Desde un punto de vista psicológico yo creo que todos somos distintas personas: la que pensamos que somos, la que queremos que los demás piensen que somos, la que en realidad somos y la que podemos llegar a ser.
Por eso, el análisis 360 es una de las herramientas que usamos con más frecuencia en nuestros procesos de coaching y de desarrollo personal y profesional. Porque nos ayuda a descubrir la persona que podemos llegar a ser a partir de nuestro autoconocimiento y del que nos proporcionan los demás.
Desde nuestra experiencia, tenemos claras algunas cosas que se deben hacer y otras que no. En este gráfico hemos recopilado las más importantes:
Para conocer más ampliamente como desarrollar un proceso de evaluación 360º, pincha aquí