Actición® 23 (Navideña) Evitando discusiones familiares

¿Por qué se producen discusiones familiares?  o, mejor aún, ¿cómo podemos evitarlas?

Aunque cada vez produce menos impacto, debido al mayor protagonismo del voraz consumismo en el que nos sumergimos en esta fechas, nuestra cultura sigue promoviendo el poner en práctica algunos valores que durante el resto del año están algo más dormidos. Las acciones de solidaridad se multiplican, se mueve un poco más la sensibilidad hacia las personas, se incrementan la relaciones familiares, algunas de ellas por devoción, otras, sin embargo, por obligación.

Y es en estas reuniones donde, cada vez con más frecuencia, se producen discusiones sin sentido y que pueden aguar la fiesta ¿Quien no tiene algún pariente cuyas actitudes no aguanta o cuyo comportamiento altera bastante?

Si piensas que no se pueden evitar las discusiones o salidas de tono o si lo que realmente quieres tener son encuentros en los que salten las chispas, no sigas leyendo.

Sin considerar un factor de riesgo importante como es la ingesta de alcohol, planteo siete sugerencias a poner en práctica durante estas fiestas navideñas

Primero. Haz predicciones positivas

Si predigo que algo va a pasar, pasará. En vez de predecir que va a haber discusiones, predigamos que vamos a tener conversaciones placenteras y alegres con nuestros familiares. La única forma de no tener discusiones es evitándola. Práctica la visualización. Construye imágenes en tu pensamiento que predigan las situaciones tal como nos gustaría que sucedieran.

 Segundo. Ten preparados temas de conversación alegres y divertidos

Como el objeto de discusiones siempre es el mismo, si no preparamos temas alternativos, inevitablemente aparecerán los que predicen discusión. Prepara temas alegres y divertidos para conversar.

Tercero. Busca el lado bueno de las personas

Por mucho que nos cueste creerlo, nadie tiene solo un lado malo. Busca el lado bueno de las personas que tienes cerca, identifícalo y concéntrate en ese lado y olvida el resto.

Cuarto. Muestra tu mejor lado

De igual modo, aunque tendamos a vernos perfectos, también tenemos nuestro lado más oscuro. Intenta descubrirlo y no lo dejes salir. Aunque tampoco es necesario hacer mucho esfuerzo en buscarlo, basta con darle todo el protagonismo a nuestra mejor versión, hacer que esta lo ocupe todo.

Quinto. Sé proactivo.

Todos tenemos la capacidad de administrar nuestras emociones y, por tanto, de decidir cómo nos sentimos. Muy probablemente, alguno de los presentes dirá alguna cosa que nos puede sentar mal, tanto por la forma como por el contenido, si lo sentimos como un ataque personal, responderemos a la defensiva y eso generará, muy probablemente una discusión indeseada. Se trata de no conceder a nadie la capacidad de administrar nuestras emociones. Tenemos dos opciones, o dejar que alguien nos arruine el día o tomar el control y elegir como nos queremos sentir.

Sexto. Escucha apasionadamente.

Como nuestro cerebro es capaz de procesar alrededor de 450 palabras por minuto y nuestra velocidad al hablar es de 130,  en vez de dedicar todos nuestros recursos sobrantes a entender al otro de forma completa, nos dedicamos a pensar la respuesta que vamos a dar. Ni que decirse tiene que otro aspecto que dificulta la escucha es que, casi siempre, presuponemos lo que nos van a decir. Los resultados son perniciosos, acabamos con malos entendidos que suelen encender los ánimos y provocan discusiones sin sentido.

Séptimo. Controla tu reacción y tu temperamento

No respondas a la defensiva. Ante un ataque hay dos opciones, responderlo con otro ataque o esquivarlo. En el ámbito que nos ocupa, creo que la mejor opción es esquivarlo. Nunca se gana una discusión, siempre queda un sentimiento negativo que hace que aumente el resentimiento. Los desacuerdos son lícitos y saludables. Por ello, una buena estrategia es concentrar el esfuerzo de nuestra conversación no en aumentar las diferencias, sino en encontrar puntos de acuerdo.

Recuerda que con leer no basta, todas estas sugerencias son de mucho sentido común y las conocemos todos, lo difícil es pasar de la teoría a la práctica.  Ponte en acción diseñando un plan de acción que te lleve a hacer cambios con respecto a alguno de estos pasos. La recompensa bien merece el esfuerzo.

2 comments

  1. gui dice:

    ¿Noche de paz?
    “La Navidad es una de nuestras mejores celebraciones”, pero también es “una época de pleitos”, informa Vi Föräldrar, una revista sueca para padres. Y es que en las fechas navideñas, las familias “discuten y pelean más que en cualquier otra temporada”. Cuando la revista preguntó a más de mil cien padres de niños pequeños cómo la pasaban durante las fiestas, el 88% respondió que siempre discutían sobre “cómo y dónde pasar la Navidad”. A muchos padres les molesta que los abuelos malcríen a sus nietos con dulces y artículos innecesarios.

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