Quien siga, aunque sea mínimamente, la actualidad de la Liga de Futbol Profesional de esta temporada, estará muy familiarizado con las respuestas que da el entrenador del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone. Cuando los periodistas le preguntan acerca de las posibilidades de éxito que tiene su equipo en las competiciones en las que participa “vamos partido a partido” ¿Y qué otra cosa puede decir sino?
En cualquier competición, como es el caso de la liga de futbol, el éxito final se logra a partir de ir superando las distintas etapas que la conforman. El equipo que gana el campeonato es aquel que más victorias logra.
Por tanto, el equipo que quiera ganar el campeonato tiene que plantearse ir ganando de uno en uno cada partido. Por más que a algunos periodistas deportivos les resulte insuficiente la respuesta que ofrece el entrenador del Atlético de Madrid, no hay otra.
Del mismo modo, pienso que la mejor forma de afrontar “La liga de la vida” es, también, yendo partido a partido.
Lo que ocurre es que, si bien en el ámbito futbolístico el partido siguiente te viene determinado por el calendario que la liga en la que se juega está preestablecido, en esa liga de la vida, tanto en el área personal como en la profesional, somos las propias personas las que nos tenemos que fijar nuestro propio calendario de partidos de acuerdo con la “competición” en la que queramos estar. Pero una competición que no es contra nadie, sino que tiene por objetivo avanzar en la dirección y sentido que nos hayamos marcado nosotros mismos.
¿Estamos entrenados para darle sentido a nuestra vida? Yo creo que no. En general pienso que la mayoría de la personas van dando dirección a su vida mas bien a partir de decisiones inconscientes que de la definición de un recorrido predefinido. Desde niños, hemos ido construyendo gradualmente un sistema de valores a partir de la educación que hemos recibido de nuestros padres, de nuestros maestros y de las referencias del entorno en el que nos hemos desenvuelto. El proceso educativo que seguimos desde la más tierna infancia nos sitúa de forma estructurada y definida en una liga cada año. Este proceso formativo incluye exámenes de asignaturas, cursos anuales y ciclos formativos. Lo más parecido a una reflexión sobre ese sentido que tenemos que buscar y definir se nos plantea cuando tenemos que decidir por la línea educativa que queremos seguir, básicamente ciencias o letras, y poco más. Y no digo que esos itinerarios no tengan que estar establecidos, que sí, lo que ocurre es que no se complementan lo suficiente con ejercicios de desarrollo personal que faciliten a los jóvenes marcarse su destino.
La oportunidad es que siempre estamos en disposición de darle un sentido más claro, más preciso y consciente a nuestra vida para que podamos decidir nuestra Liga y los partidos que queremos jugar.
Así pues, esta Actición® se sustenta en la idea de que definir la misión personal, que no es otra cosa que un enunciado breve de un propósito vital, provee de dirección y sentido además de una razón poderosa para definir metas que no son otra cosa que los partidos que tenemos que ir jugando para llegar a donde nos hayamos propuesto.
Como dijo Séneca:
No hay viento favorable para quien no sabe hacia dónde va
Actitud:
Defino mi misión personal, doy sentido a mi vida en todas las áreas personal y profesional
Acciones:
Revisar valores personales para cada una de las áreas de la vida (Familiar, Profesional, Financiera, Física y de la salud, Social, Educativa, Espiritual / Ética)