Todo sistema, por principio, funciona mejor cuanto mayor equilibrio poseen sus componentes entre sí y con aquellos de los que es parte. Y no hay nada aislado, todo forma parte de algo.
La naturaleza es un sistema que funciona buscando permanentemente el equilibrio, de igual modo, las personas, como sistema que somos, tenemos que buscar el equilibrio, pero, ¿con respecto a qué? Las personas tenemos que equilibrar las áreas que conforman nuestra vida, que son básicamente seis: familiar, profesional, social, educativa, física y ética. Lo que ocurre es que en la naturaleza imperan leyes físicas, como las termodinámicas, que facilitan esa búsqueda.
Siempre que me hago un cortado con leche fría, me maravilla la magia con la que el café cede calor a la leche para que ambos alcancen la misma temperatura. Sin embargo, para equilibrar nuestras áreas de la vida no contamos con la magia de la termodinámica, el equilibrio depende de nuestras decisiones, en su mayoría emocionales, de las influencias que tienen sobre nosotros las decisiones de los demás y de cómo llevamos a la acción. Es por eso que muy pocas personas alcanzan el equilibrio.
¿Has conducido algún coche con alguna rueda desequilibrada? Por muy sofisticado que sea el vehículo, pasando de 90 km/h el volante empieza a vibrar y el control se hace muy difícil. Cuando eso ocurre la visita al taller no se puede demorar. De igual modo, el tener descuidado el equilibrio de todas nuestras aéreas vitales tiene graves consecuencias para nuestro funcionamiento por lo que acudir a un profesional del coaching puede ser una muy buena solución.
En muchos de los procesos de coaching que he realizado durante estos últimos catorce años, este mes celebro el aniversario, al analizar el equilibrio vital del coachee, el área física y de la salud sale siempre algo desatendida.
Una prueba de de ello puede ser esta foto la tomé ayer, viernes, a las ocho de la tarde. Me encontraba en el gimnasio y me di cuenta de que, en unas instalaciones que admiten un aforo de más de setenta personas, habíamos no más de cinco. Seguramente, la mayoría de abonados de este centro deportivo estarían cultivando alguna otra área distinta a la física, la social, por ejemplo. La cuestión es que no se descuiden unas a costa de otras.
Actición® 26 – Equilibrando la vida
Actitud: Considero vital el buscar siempre un equilibrio en todas las áreas de mi vida. Establecer metas coordinadas en todas ellas y actuar para conseguirlas me hace sentirme mucho más feliz.
Acción: Identifico qué áreas están produciendo desequilibrios, defino metas para conseguir reducirlos y desarrollo con perseverancia las acciones para conseguirlas.
Si quieres que te remita un sencillo ejercicio para identificar tu nivel actual de equilibrio solicitamelo pinchando aquí